lunes, 29 de abril de 2013

TEMA 20

MOVIMIENTO Y CONTROL DE EXPECTATIVAS VISUALES

El movimiento puede ser un importante elemento generador del diseño de la arquitectura. Los elementos que lo propician, corredores, escaleras, rampas y ascensores, suponen fuerzas con diferente intensidad. 

La movilidad determina itinerarios que poseen una determinada energía. Estos itinerarios pueden considerarse como fuerzas que actúan y caracterizan los espacios.
  
La visión es el principal instrumento que gobierna el comportamiento motriz. Pero el visitante, al recorrer un espacio, no sólo experimenta una secuencia de vistas, sino la transformación gradual proporcionada por las distintas perspectivas y la iluminación de cada paramento o de los elementos insertos en esos espacios.
  
Los edificios deben combinar conductos y lugares de estancia, generándose una tensión que combina contracción y expansión, lo que produce un efecto estimulante de espacios imprevistos y súbitas sorpresas, en suma, una sucesión de pequeños choques visuales.
  
El retraso temporal, la superación de un obstáculo, supone un fuerte incentivo en pos del movimiento hacia delante. Intensifica el esfuerzo del visitante para alcanzar su objetivo.

Las formas arquitectónicas no están diseñadas tan sólo como definiciones características de los espacios en reposo estático, sino como suma de ámbitos que acogen al visitante en su discurrir por el edificio. Por eso, el facilitar el paso u obstaculizarlo hasta un cierto punto, aparece como la utilización de estrategias que permiten controlar el movimiento y la producción de expectativas.


Rudolf Arnheim, “La forma visual de la arquitectura” (1977)

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