EXPERIENCIA
Y ESPACIO
. La
arquitectura inicia, dirige y organiza el comportamiento y el movimiento en el
espacio.
. En la
vivienda, la experiencia se establece mediante actividades concretas
precisamente definidas –cocinar, comer, relacionarse, leer, almacenar, dormir-,
no está controlada únicamente por elementos visuales.
. Un
espacio enmarca, articula y estructura las acciones de las personas. El espacio
arquitectónico es espacio vivido (además de espacio físico). Es preciso
entender el espacio en términos de interacciones e interrelaciones dinámicas y
no solo como un objeto inmaterial definido por superficies materiales.
.
Entender la escala adecuada implica medir inconscientemente el objeto o el
edificio con el cuerpo de uno, y proyectar el esquema del cuerpo en el espacio
en cuestión.
. La
percepción, la memoria y la imaginación están en una constante interacción; el
dominio de la presencia se fusiona en imágenes de memoria y fantasía; el
recuerdo de los lugares vividos acude en apoyo de nuestra acción de proyectar.
. Junto
a la arquitectura de predominio visual, hay una arquitectura háptica del
músculo y de la piel. Hay una arquitectura que también reconoce los campos del
oído, el olfato y el gusto.
. Le
Corbusier incorpora fuertes experiencias táctiles con la presencia enérgica de
la materialidad y el peso. La arquitectura de Mendelsohn y Scharoun favorece la
plasticidad muscular y háptica. Alvar Aalto se preocupaba por todos los
sentidos de una manera consciente. Sus edificios son aglomeraciones
sensoriales.
. La
arquitectura refleja y materializa las cuestiones existenciales fundamentales.
.
Nuestra vivienda pasa a integrarse en nuestra propia identidad, en nuestro
propio ser.
Juhani Pallasmaa: “Los ojos de la piel” (2006)
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