EL EDIFICIO Y SU ESPACIO CIRCUNDANTE.
CAMPOS DE FUERZAS VISUALES
. No solo el emplazamiento determina el
lugar del edificio, sino que, a su vez, es el edificio quien modifica la
estructura del emplazamiento.
. El espacio entre las construcciones no
es simplemente un vacío, sino que es una parte inseparable de la imagen del
lugar.
. Los espacios que circundan los
edificios no pueden considerarse vacíos sino que están ocupados por fuerzas
visuales, fuerzas generadas por estructuras arquitectónicas concretas,
determinadas por sus propiedades particulares de tamaño y forma.
. La distancia entre los edificios
influye en el modo en que se produce su mutua dependencia o independencia. Las
distancias visuales son juzgadas por el comportamiento de las fuerzas
perceptivas generadas por ellas. Son fuerzas de atracción y repulsión.
. El campo visual se extiende tanto en la
dirección horizontal como en la vertical.
. Desde un punto de vista perceptivo, la
mirada requiere un punto de referencia y de orientación. El vacío y el
consiguiente sentido de abandono que siente un observador no solo se producen
cuando faltan los objetos visuales necesarios para determinar el campo de
fuerzas en una extensión abierta. También sucede cuando tales objetos (en
nuestro caso edificios) están presentes pero no se incorporan a una estructura
organizada, y por tanto se excluyen el uno al otro.
. Se podrían trazar las fuerzas que cada
edificio genera alrededor de sí mismo por su tamaño, masa, emplazamiento y
dirección.
. En arquitectura un campo de fuerzas
visuales (fuerzas generadas por las alturas y las masas) se expande desde el
centro y propaga sus ondas en el medio circundante tanto como le permite su
fuerza.
. El espacio entre edificios es definido
por una relación particular y concreta entre ellos, por el entramado espacial
que producen entre sí, al mismo tiempo que cada uno establece su campo
visual propio.
Rudolf
Arnheim: “La forma visual de la arquitectura” (1977)
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