lunes, 16 de febrero de 2015

TEMA 51

LA PLANTA COMO INSTRUMENTO BÁSICO.
EL RITMO COMO CONTROL DE LA SENSACIÓN.

. El ojo humano observa en un espacio las diversas superficies  que lo determinan. . El volumen y la superficie son los elementos mediante los que se manifiesta la arquitectura. La planta es el elemento generador.
. Toda estructura arquitectónica se levanta desde su base y se desarrolla siguiendo una norma que está escrita sobre el suelo: la planta. En ella, su variedad formal, la unidad del principio geométrico, etc., son aspectos que transmiten una determinada armonía: esto es la arquitectura.
. La organización de la planta está en la base de la arquitectura. Sin planta, no hay ni grandeza de intenciones ni de expresión, ni ritmo, ni volumen, ni coherencia.
. Sin una planta ordenada solo existe la sensación de algo informe, descuidado,  desordenado, la sensación de arbitrariedad.
. La ordenación en planta supone un planteamiento imaginativo, pero necesita también la más estricta disciplina.
. La planta es quien determina el todo. Es el instrumento decisivo.
. Una planta es una abstracción controlada por las matemáticas.
. El orden es un ritmo aprehensible que actúa sobre todo ser humano.
. La planta conlleva en sí misma un determinado ritmo: la obra se desarrolla en extensión y en altura siguiendo sus prescripciones según una precisa ley, tanto en las cuestiones más sencillas como en las más complejas.
. La unidad de la ley es la ley de una planta correcta: la ley sencilla, infinitamente ajustable en su modulación.
. El ritmo es un estado de equilibrio que procede de simetrías simples o complejas, o de compensaciones inteligentes.
. El ritmo es una ecuación: equiparación (simetría, repetición); compensación (contrastes, equilibrio de opuestos); modulación (desarrollo de una invención plástica basada en un principio generativo, un principio de crecimiento).
. Provoca reacciones diversas e importantes que actúan sobre cada individuo, y cuya finalidad consiste en proporcionar una cadencia, que es un estado de equilibrio. La planta lleva, en sí misma, la esencia de la sensación.
                                               
                                        Le Corbusier: “Hacia una nueva arquitectura” (1923)
                                                                                                   
                                                                                                            

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