FILTROS Y ELEMENTOS MEDIADORES DE LA LUZ NATURAL
. En los países meridionales la luz solar se encauza y se
controla de muy distintos modos: con celosías, emparrados, cañizos, persianas o
cortinas. Se crea una piel tridimensional mediante una arquitectura
intermediaria (loggias, pórticos, umbrales, patios) o instalando toldos en
calles y plazas.
. Unas estructuras intermedias rompen la luz, la
distribuyen, la dispersan o la filtran desde el exterior, Haciendo decaer su
impulso, domesticando su fluir. La violencia del sol, crudo y deslumbrante
afuera, se remansa mediante espacios intermedios o gracias a filtros. La
penumbra y la sombra así logradas se enriquecen con una multitud de matices
lumínicos y reflejos.
. El efecto se incrementa con el paso del tiempo, a través
del ciclo diurno. A lo largo del día las coloraciones frías o cálidas se
suceden, y las sombras se metamorfosean con sus tintes complementarios. Las
sombras azules y violáceas del amanecer o del atardecer acompañan a las luces
anaranjadas o rojizas de la aurora o la puesta de sol.
. Además de los filtros y de los espacios intermedios, la
estructura y la iluminación pueden trabajar al unísono, configurando una
envolvente que determina la atmósfera de los espacios interiores e ilustrando,
de este modo, la idea de que la arquitectura se constituye por abstracción a
partir de la naturaleza.
Juan Navarro Baldeweg, “La habitación vacante” (1999)
No hay comentarios:
Publicar un comentario